En el norte de Madrid, en la Sierra de Guadarrama, Braojos ha sido mi mejor territorio de campeo. En una extensión de casi dos mil quinientas hectáreas se alternan praderías, fresnedas, tomillares, melojares, piornales y amplios pinares de montaña. Entre 2004 y 2008 centré mis esfuerzos en tratar de definir la distribución de las aves reproductoras dentro del término municipal, y el resultado, incompleto, muy personal y que he seguido actualizando, es lo que aquí expongo.
Tiene un área de distribución similar al escribano triguero, pero es más frecuente que este en terrenos más arbolados (por ejemplo los robledales aclarados de la Dehesa o el Ejido) y con más vegetación arbustiva y zarzales en los que anidar (setos de prados y callejas). Su densidad es menor que la del triguero y aunque tiene un comportamiento más discreto que los otros escribanos que crían en Braojos es el más habitual en las inmediaciones del pueblo. No se ve en el pinar.
Se puede ver en Braojos a lo largo de todo el año.
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