En su plumaje llama la atención una pequeña pero brillante corona o cresta recogida, de plumas amarillas, más anaranjadas en el macho, a la que deben el nombre y que levantan en momentos de excitación, como en el cortejo. Los reyezuelos destacan por ser los pajarillos más pequeños de nuestra fauna. Como consecuencia tienen una elevada tasa metabólica que les obliga a mantener una continua actividad de búsqueda de alimento.
Es una especie forestal y propia de zonas montañosas. En Madrid cría en los pinares de la Sierra de Guadarrama, llegando a altitudes de 1900 m. En el mapa de Braojos, en época de cría, queda restringido al pinar de repoblación de la cuenca alta del arroyo de la Cigüiñuela (la altitud máxima que yo he registrado es de algo más de 1750 m, pero es probable que también aparezca a más altura).
Macho y hembra comparten el trabajo en la construcción de unos nidos casi indestructibles, que les permiten superar con éxito las condiciones climáticas más adversas. Sus puestas pueden ser de hasta 13 huevos.
Fuera del periodo reproductor, de octubre a marzo, se pueden encontrar prácticamente en cualquier medio forestal, muchas veces varios de ellos asociados a páridos, mosquiteros y sus congéneres los reyezuelos listados. En general es una especie más sedentaria que el listado, pero también se dispersa buscando zonas más benignas durante el invierno. Aunque la gran mayoría de las veces los he observado en pinos y enebros, también buscan entre brezos, zarzas, sauces y fresnos, en los melojos y acebos de la Dehesa, o en el suelo. En los pinos puede ser difícil de localizar al moverse por las ramillas más altas o densas.
Los reyezuelos recurren con frecuencia a cernerse, con revoloteos en un punto fijo como colibrís, para capturar sus presas entre las agujas.
Es una especie forestal y propia de zonas montañosas. En Madrid cría en los pinares de la Sierra de Guadarrama, llegando a altitudes de 1900 m. En el mapa de Braojos, en época de cría, queda restringido al pinar de repoblación de la cuenca alta del arroyo de la Cigüiñuela (la altitud máxima que yo he registrado es de algo más de 1750 m, pero es probable que también aparezca a más altura).
Macho y hembra comparten el trabajo en la construcción de unos nidos casi indestructibles, que les permiten superar con éxito las condiciones climáticas más adversas. Sus puestas pueden ser de hasta 13 huevos.
Pertenecen a la familia Regulidae que cuenta con un único género Regulus, representado en Norteamérica y Eurasia por 6 especies (2 en España). Antes se incluían en la familia Sylviidae junto a currucas (Sylvia sp.) y mosquiteros (Phylloscopus
sp.). Guardan una gran similitud con estos últimos y forman un pequeño
grupo aislado de pajarillos en la base de la rama evolutiva de los
citados sílvidos y los páridos.
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