Cogujada común (Galerida cristata)

Colmenar Viejo. 29 de marzo de 2022.
Propias de zonas de relieves suaves, más bien áridas, carentes de arbolado e incluso arbustos, son fáciles de ver cerca de pueblos y entornos degradados, con frecuencia en los bordes de los caminos. Cuenta con una amplia distribución a lo largo de Europa, Asia y mitad norte de África. Originalmente quizás habitaba en semidesiertos y estepas, pasando a ocupar posteriormente los paisajes alterados por el hombre.



Como se ha comentado en la entrada referida a la cogujada montesina, tal vez perjudicada por el abandono del laboreo y los cultivos de gramíneas, la cogujada común se ha ido enrareciendo en Braojos, de forma que en los descampados próximos al pueblo ya no son fáciles de ver o sencillamente no se ven.
Las cogujadas son expertas voladoras, como demuestran con sus vuelos de canto, y pueden posarse en alambradas, cables y ramas de arbustos y arbolillos, pero su forma de vida, es esencialmente terrestre. No son tan obsesivas en realizar vuelos de canto como las alondras y pueden preferir cantar desde puntos destacados del terreno.

Durante el celo, realizan exhibiciones o paradas, con la cola vertical y las alas algo caídas, bajando el cuerpo e incluso erizando el plumaje, casi como si de una pequeña avutarda se tratara. Creo que de esta manera puede tanto tratar de impresionar a la hembra, como imponerse ante un macho. En una ocasión me pareció que un macho de cogujada común realizaba su pavoneo ante un macho de montesina, llegaron a estar a unos escasos veinte centímetros una de otra antes de alejarse la segunda. También se produjo un pequeño acto de acoso entre las hembras de las dos parejas, aunque luego permanecieron todas en la zona, en su forrajeo habitual. Son monógamas, pero se han observado tríos reproductores.

En las primeras puestas, al principio de la temporada, al parecer puede construir nidos más elaborados, en ocasiones incluso provistos de bóveda –algo que también hacen las totovías a veces-. La hembra es la encargada de toda la construcción.

Es posible que, al igual que la cogujada montesina, también realicé ocasionalmente puestas en nidos de otras especies, pues en Francia se observó un volantón que era alimentado por una lavandera boyera.

Lo normal, en el caso de las dos especies, es observarlas en parejas. Fuera de la temporada de cría no es raro ver tres-cuatro juntas, alguna más a veces, pero no forman bandos.

Aunque ambas cogujadas son muy sedentarias, realizan nomadeos altitudinales en busca de parajes menos fríos en las épocas más adversas. Este hecho, es mucho más acusado en el caso de la cogujada común, de la cual sólo tengo una cita durante el otoño-invierno en Braojos.

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