Golondrina común (Hirundo rustica)

Todos conocemos a las golondrinas, o creemos conocerlas, pues muchos tendrán problemas para reconocer a los aviones y para señalar como diferentes a los aviones y a las golondrinas. Aviones y golondrinas forman parte de la misma familia, además algunas especies están muy próximas en su filogenia, como en el caso del avión común y la golondrina común que pueden hibridarse a pesar de pertenecer a dos géneros diferentes (Delichon e Hirundo), y en la cultura popular también se mezclan y confunden con frecuencia. Le ocurrió a Bécquer incluso.

8 de agosto de 2014. Madrid. Preparadas para emigrar.

Por su extrema especialización en el vuelo, en la caza aérea, puede decirse que son pájaros del aire. No hay que confundirlos con los vencejos, los más expertos habitantes de los cielos, que pertenecen a otro orden de aves (Apodiformes). Además golondrinas y aviones son aves alfareras, las únicas de nuestra fauna (aunque mirlos, urracas, rabilargos, cornejas y trepadores también trabajan el barro para completar sus nidos).


Habrá varios momentos en que las veremos posarse en el suelo: para recoger material para el nido, a veces para capturar pequeños insectos y, además, como he podido comprobar sorprendido en más de una ocasión, cuando ingieren granos de arena o gravilla, lo que puede que hagan para facilitar la digestión de los insectos de exoesqueletos más duros.


19 de junio de 2009. Colmenar Viejo.

El nido de las golondrinas suele estar en interiores, tradicionalmente en cuadras y establos, naves y tenadas, o en el zaguán de muchas viviendas, en la actualidad en garajes, incluso los de grandes centros comerciales, también construcciones abandonadas o viejas casas de campo, como en las fotos. En el Tajo las he visto anidar en un cortado inclinado sobre el río, como hacían en sus orígenes cuando sólo disponían de acantilados y cuevas (también agujeros en árboles). A menudo los nidos son reparados y reutilizados.

"Por San José la golondrina veré", dice el refrán castellano. Aquí en la sierra se verán algo más tarde, se pueden ver a finales de marzo, pero es más fácil a primeros de abril. Del 11 de marzo de 2000 es una de las primeras citas en Braojos, en este caso de varias aves aparentemente de vuelta, posadas en un cable de la calle. Del 14 de octubre de ese mismo año la última observación, esta vez de aves algo rezagadas del centro o norte de Europa seguramente, pues para agosto ya se habrían ido nuestras vecinas.
 
Como vemos, las golondrinas, como los aviones comunes, son aves muy ligadas a nuestra especie, a nuestro modo de vida sedentario, doméstico. Encontraremos a las golondrinas comunes dentro del pueblo, todavía, menos abundantes ahora. Por supuesto, también las veremos en el campo, cazando en terrenos abiertos, muchas veces siguiendo al ganado, no siempre cerca del pueblo.

Fuera de época de cría forman grandes dormideros, con cientos, miles o cientos de miles e incluso más aves. Sólo algunas pasan el invierno en el sur de la península, el resto de nuestras golondrinas cruzan a África.
19 de junio de 2009. Colmenar Viejo. Golondrina joven, recién volada.
Por desgracia, el descenso de sus poblaciones es generalizado y notable, mayor de un 50% a lo largo de este siglo, razón por la cual en el último Libro Rojo de las aves de España ha sido incluida entre las especies amenazadas, en la categoría “Vulnerable”.


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